La Resolución, complementa la SEREMI de salud, “se funda también en el estado actual de los embalses y las proyecciones climáticas de la Dirección de Meteorología, que anuncian precipitaciones bajo lo normal, circunstancias que plantea un escenario de riesgo para la salud pública, en lo que guarda relación con la poca disponibilidad de agua potable para consumo humano y la problemática asociada al saneamiento básico, lo que contribuye a enfermedades infecciosas, diarreicas e intoxicaciones y el aumento de brotes por enfermedades infecciosas. En el período diciembre 2023-febrero 2024, se acumulan 490 brotes para la Región de Coquimbo, evidenciando un aumento respecto a años anteriores (2023 con 280 brotes, 2022 con 197 brotes y 2019 con 100 brotes estudiados)”.
¿Qué efectos tiene esta resolución?
En primera instancia, permite a las municipalidades contar con respaldo para solicitar los fondos que requieran, destinados a asegurar la disponibilidad de agua potable para consumo humano y para el saneamiento básico, tomando las medidas de mitigación correspondiente a la distribución del vital elemento a todos los sectores afectados.
Además, garantiza la implementación de medidas de mitigación por parte de otras instituciones, dentro de sus respectivas competencias y facultades, como instrumento adicional y complementario al Decreto Supremo 230 del Ministerio del Interior –que extiende la declaración de zona afectada por catástrofe- como también el Decreto 123 del MOP, que prorrogó la declaración de la región de Coquimbo como zona de escasez hídrica.