Los embalses están en niveles de déficit alarmantes, especialmente en la provincia de Limarí, donde todos sus embalses están por debajo del 5% de su capacidad máxima. Por otra parte, si bien los embalses de la provincia de Choapa, al menos 2 de 3, se ven con su capacidad por sobre el 25 %, son embalses mucho más pequeños que los embalses de Elqui y Limarí. El caso de Elqui no es distinto con su embalse más grande Puclaro, con un 4,2% de su capacidad disponible.
Como región tenemos disponible solo un 3,9% de la capacidad de embalsado total, esto corresponde a 51,2 MMm3 disponibles, de 1.325 MMm3 de capacidad máxima. (INFOGRAFIA)
Con esta situación de déficit de precipitaciones de agua y principalmente de nieve, sumado a que los embalse están con niveles extremadamente bajos, pronto toda el agua superficial que queda disponible, será solo para consumo humano, en desmedro de las otras actividades productivas de la región, especialmente la agricultura.
Es imperativo tomar acciones inmediatas de corto plazo, con foco en la provisión de agua, especialmente para los sectores rurales y agricultura de pequeño tamaño. La región cuenta con estudios ya realizados por CEAZA y PROMMRA de la Universidad de La Serena (ULS), para desarrollar prospección de aguas subterráneas y así habilitar pozos de emergencia que produzcan agua potable y para la pequeña agricultura. También es posible proceder, de manera urgente, con el reúso de las aguas residuales tratadas, mediante la implementación de sistemas terciarios que produzcan agua en calidad de riego, cabe recordar que en la región existen más de 80 plantas de tratamiento de agua residual en los Servicios Sanitarios Rurales, cuya agua no se reutiliza.
Por otra parte, se debe trabajar en acelerar las medidas de mediano y largo plazo que permitan aumentar la oferta de agua de manera estructural y significativa, como reúso de aguas residuales urbanas, desaladoras multipropósito, gestión de acuíferos, dentro de las principales. A su vez, debemos pensar en sistemas productivos específicos para zonas áridas que permitan mejorar en general la gestión de la demanda, migrar a agricultura de alto rendimiento y valor agregado, etc., medidas que realmente nos permitirán pensar en una Región de Coquimbo Sustentable, tanto para el consumo humano, como para los distintos sectores productivos que se desarrollan en nuestra región.